Al menos 32 niños figuran entre las 125 personas que murieron el fin de semana en Indonesia en una de las peores catástrofes de la historia del futbol, cuando las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno en un estadio repleto y se desató una estampida, según las autoridades.
El presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó indemnizar a los familiares de las víctimas. “Como señal de condolencia, el presidente donará 50 millones de rupias por cada víctima fallecida”, dijo el ministro jefe de Seguridad, Mahfud MD, en una rueda de prensa, añadiendo que el dinero se entregaría en uno o dos días.