Durante el embarazo, los pies de muchas mujeres experimentan cambios como la caída del arco, un aumento en la talla de calzado y modificaciones en el patrón de marcha. Estos cambios pueden persistir mucho después del parto y derivar en problemas ortopédicos como fascitis plantar o juanetes. Los expertos señalan la importancia de tomar en serio estas alteraciones para prevenir complicaciones a largo plazo.