Aunque las muertes por hipotermia son cada vez menos frecuentes, el frío es una constante preocupación para las instituciones de salud aun sabiendo que la muerte por frío puede producirse aunque una persona realmente no sufra congelación.
Así lo afirma la revista Live Science en su artículo ¿Cómo una persona muere de frío? en donde explica que la hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal desciende por debajo de los 35°C y puede producirse en ambientes relativamente fríos, sin necesidad de que las temperaturas sean excesivamente gélidas, especialmente si hay mucha humedad.
En este sentido, las personas pueden sufrir hipotermia si no están preparadas para cubrirse de las bajas temperaturas. Cuando la temperatura de nuestro cuerpo desciende, el flujo sanguíneo comienza a funcionar más lento por lo que nuestros órganos ven afectada su actividad normal. Se calcula que si la temperatura corporal de una persona desciende bajo los 21° puede llegar a morir.
Por otro lado, la congelación es otro riesgo que tampoco hay que infravalorar. Y, contra lo que se pueda pensar, no hacen falta temperaturas demasiado frías para sufrirla, especialmente en los dedos de las manos y los pies. Es debido a que el frío provoca que el organismo reduzca el flujo sanguíneo de dichas zonas, para favorecer el funcionamiento de los órganos, lo que las hace más vulnerables.
Según afirma John Castellani, de USARIEM, a la revista Live Science “Se necesita mucho para bajar la temperatura del cuerpo central, pero no se necesita tanto para bajar las temperaturas periféricas”.
De esta forma, se recomienda que las personas usen un sombrero, bufanda o máscara facial que cubra la cara y la boca, un abrigo resistente al agua, guantes o guantes resistentes al agua y botas resistentes al agua, ya que las extremidades son las más afectadas con el frío.
Fotos: Shutterstock
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