La diabetes se diagnostica a través de pruebas de glucosa en sangre, como la glucosa en ayunas y la prueba de tolerancia a la glucosa. Un resultado superior a 126 mg/dl en ayunas o a 200 mg/dl en una prueba aleatoria sugiere diabetes. Además, el examen de hemoglobina glucosilada (A1c) ayuda a evaluar el control de los niveles de glucosa en los últimos tres meses.