No fue un 7-0 como en la pasada Copa América Centenario contra Chile, pero sí una derrota dolorosa en un juego donde se tenía mucha expectación por trascender, sobre todo por tratarse del equipo juvenil del campeón del mundo y del carácter que había mostrado el Tri.
Pero hay que admitir que la fragilidad defensiva fue un vicio recurrente en cada uno de los tres partidos que jugó México en la fase de grupos, donde en cada duelo se fue abajo en el marcador. Esos pecados se repitieron contra Alemania, uno de los equipos más severos y eficaces en la historia del futbol mundial y por supuesto que el desastre comenzó a escribirse desde el inicio.
Esta vez México sí pagó muy caro el jugar con fuego y a los siete minutos ya iba perdiendo 2-0.
Leon Goretzka castigó la desatención defensiva del conjunto ‘azteca’ en los primeros minutos. El marcador se abrió luego de una vertiginosa triangulación que avanzaba a toda velocidad hacia el area contraria y cuando los defensas entraron en su zona, Henrichs cedió el balón para el número 8, quien venció a Guillermo Ochoa con un tiro raso, de primera y con una comba terrible.
Apenas dos minutos después Werner desarticuló la zaga con un pase filtrado que nuevamente encontró solo a Goretzka, para que este definiera cruzado en el mano a mano.
México mejoró notablemente en los últimos 20 minutos del primer tiempo. Se adueñó del balón y encontró lo mejor de sí, la diferencia con otros juegos es que no tuvo la pegada bendita, por lo que su mejor momento en el partido pasó desapercibido con fallas importantes como la de Jonathan dos Santos de cabeza o ‘Chicharito’, quien la mandó por encima en un rebote.
Ya en el segundo tiempo el equipo ‘azteca’ no pudo alargar su racha, incluso Alemania amplió el marcador con el 3-0 lapidario de Werner, nuevamente gracias a desatenciones defensivas. Al menos el equipo pudo festejar un golazo feroz de Marco Fabián a los 89 minutos, aunque eso desató que Younes hiciera el 4-1 final en la compensación.
Ahora le queda a México el partido por el tercer lugar de la Copa Confederaciones, un premio de consolación para suavizar la penitencia que dejan los sueños rotos.
Fuente: Fox Deportes