Seguramente son uno de los caramelos más entretenidos de todo el mundo, pero pocos saben qué tienen en su interior.
Seguro que cuando niño (y no tanto) te entretuviste horas metiéndote a la boca los populares peta zetas y sentir cómo había millones de explosiones en toda tu cabeza.
Pero ¿qué tienen estos curiosos caramelos? ¿Es posible hacerlos en la casa? Lo cierto es que sus ingredientes no son de otro mundo: azúcar, saborizantes, colorantes y aromas. Todo esto fundido y vuelto a enfriar. Y ¿el ingrediente "secreto"? Burbujas de CO2 a 60 atmósferas de presión, la misma que aguantaría tu cuerpo a 600 metros de profundidad.
Sin embargo, el proceso de fabricación es un poco más complicado. Los azúcares, colorantes y saborizantes se disuelven a 149ºC hasta formar un jarabe de azúcares. Este líquido espeso pasa a un reactor que gasifica el jarabe con CO2 a una presión de 60 atmósferas, formándose pequeñísimas burbujas dentro del líquido.
Luego se deja enfriar hasta que se solidifica, consiguiendo una masa de caramelo con minúsculas burbujas de CO2 en su interior. El secreto está en que la presión dentro del caramelo es mayor a la que hay en el exterior. Esto es lo que hace que se rompa o "explote" en mil pedazos dando lugar a pequeñas piezas irregulares.
Pero también existe otro tipo de petazeta. Según Harold McGee, especializado en gastronomía, con un especial énfasis en la química de los alimentos, hay uno que se fabrica con azúcar y esencia de gaulteria. Esta mezcla produce que al morder el azúcar se rompan la sacarosa, lo que provoca un desequilibrio de carga eléctrica entre los dos trozos. Como hay más electrones en un fragmento que en otro, los electrones saltan para equilibrar la diferencia.
Por el camino, los electrones chocan con molécula de Nitrógeno del aire y se produce el chispazo en movimiento y además un pequeño estallido en forma de luz que se pueden ver pequeños fogonazos al comerlo.