Las comunidades de San Pablo, San José y El Naranjo, ubicado en el Jícaro de Nueva Segovia, quedaron asiladas tras el desborde de río del mismo nombre se desbordó. El abundante caudal destrozó el puente colgante, único medio de interconexión de cerca de 85 familias. Esta situación ha obligado a los lugareños a tomar otras vías alternas, arriesgando su vida, pues tienen que transitar por zonas donde las quebradas son caudalosas.