Sergio Gallegos es un oncólogo pediátrico que trabaja en el Hospital Civil Doctor Juan I, en México, donde está a cargo de la Clínica de Leucemia. En ella trata alrededor de 22 niños al día y para darles un momento de felicidad se disfraza de superhéroes como Iron Man, Spiderman, Batman o Capitán América.
"Disfrazarme influye mucho en la calidad de vida de mis pacientes y también influye mucho en el tratamiento. Yo diría que es una pieza más en el tratamiento porque los niños crean fantasías e ideas acerca del médico. El médico ante ellos, a fin de cuentas, es una persona con el poder de sanarlos, ahora imagínate si ese médico es Capitán América. Además, se sienten muy bien tratados, muy a gusto y eso también hace que tengan apego", explica el oncólogo al medio Univision.
Gallegos también sufrió de cáncer y por eso entiende muy bien la situación de sus pacientes. Además considera que ellos son lo más importante y eso provoca que desee que se sientan mejor. Es por eso que este médico ha definido que los disfraces son el método perfecto para lograr ese propósito. Sin embargo, no son sólo los niños los que se sienten mejor, sino que los padres también se ven beneficiados con estos lindos actos, ya que ven a sus hijos más felices. De esta manera, Gallegos ha demostrado que la teoría de que el médico especialista y su paciente deben mantener la máxima distancia posible es una verdadera "estupidez" porque "vale la pena involucrarse".
No obstante, el pediatra confiesa que su disfraz le ha ayudado frente a los casos más complicados que ha tenido que afrontar, pues le ayuda a mantener una posición optimista.