Elon Musk debe completar la adquisición de Twitter como muy tarde este viernes si quiere evitar ir a un juicio contra la red social en el que, a priori, lleva las de perder.
Musk acordó el pasado abril hacerse con Twitter por unos US$ 44,000 millones, pero luego dio marcha atrás, lo que llevó a la empresa a demandarle para obligar a cumplir con lo pactado.
Mientras se preparaba el juicio, el jefe de Tesla trató de negociar una rebaja del precio de la operación, pero Twitter no aceptó y, finalmente, con el proceso judicial ya muy cerca, Musk se dio por vencido y anunció que aceptaba cerrar la operación en los términos originales.