En 1997, la familia McCaughey se hizo conocida porque tuvieron los primeros septillizos del mundo, ahora estos retoños tienen 18 años y están a punto de abandonar el nido para ir a la universidad.
Kenny y Bobbi MacCaughey querían tener su segundo hijo y recurrieron a la fecundación in vitro. Al enterarse de que siete embriones había sobrevivido, decidieron quedarse con todos. Los niños fueron bautizados como Kenny, Kelsey, Natalie, Brandon, Alexis, Nathan y Joel, y fueron apodados como "Los siete celestiales".
Los bebés nacieron diminutos, el más pequeño pesaba tan solo 1,13 kg y el más grande 1,5 kg, por lo que sus padres se esforzaron para que todos crecieran sanos.
Dos de ellos, Alexis y Nathan, nacieron con parálisis cerebral y tuvieron que pasar por una cirugía para poder caminar, pero actualmente están bien.
Con el paso de los años, se han convertido en excelentes jóvenes que ya han elegido sus carreras y saben qué es lo que quieren hacer en el futuro.
Después de terminar la escuela, Brandon quiere inscribirse en el ejército, Alexis quiere ser maestra de jardín de infancia, a Natalie le encantaría ser profesora, Kenny apuesta por la albañilería, Nathan y Joel serán programadores informáticos y Kelsey canta en un coro del estado de Iowa y sueña con dedicarse al mundo de la música.
Pronto los jóvenes se graduarán de la escuela y dejarán la casa de sus padres, los cuales afirman que será extraño tener la casa tan vacía.
"Será un cambio drástico en mi vida. Dentro de poco, la casa que ha estado llena y ruidosa durante todos estos años, se quedará casi vacía", acepta Bobbi.