Al menos quince personas murieron y cuarenta resultaron heridas en un atentado contra un santuario chiíta en Shiraz ayer miércoles, según la televisión estatal. El autodenominado grupo Estado Islámico reivindicó por la noche el ataque al santuario.
Los medios de comunicación informaron inicialmente de tres atacantes, dos de los cuales fueron detenidos. Sin embargo, el jefe de la judicatura local, Kazem Moussavi, declaró en televisión que “sólo un terrorista estuvo implicado en el atentado”.
La Presidencia iraní emitió un comunicado ayer miércoles por la noche en el que acusaba a “los enemigos de Irán” que pretenden “dividir las filas unidas de la nación mediante la violencia y el terror, y prometió una respuesta severa de las fuerzas de seguridad “a los patrocinadores y diseñadores de este crimen indiscriminado”.