Lisa Montgomery, de 52 años, la única mujer en el corredor de la muerte federal, ha recibido la inyección letal esta mañana que estaba previsto que fuera ayer martes y se ha convertido en la primera mujer ejecutada en 67 años y en la sexta en toda la historia de Estados Unidos.
Montgomery, que a sus conocidos les había confesado que sería madre, estranguló con una cuerda a Stinnett. Luego, con un cuchillo de cocina, le arrancó el feto. Milagrosamente, el bebé sobrevivió. Aseguró que era suyo. La niña ya es adolescente.
El escenario ha sido el penal de Terre Haute (Indiana), donde se ha certificado su defunción. Montgomery ha protagonizado la onceava ejecución federal desde que la administración Trump puso fin a 17 años de paréntesis en estos ajusticiamientos.
Minutos antes de la muerte, una funcionaria le quitó la mascarilla y le preguntó si quería decir algo. Respondió que “no”, según los periodistas presentes. Movió los dedos nerviosa durante varios segundos, pero no mostró más signos de angustia y cerró rápidamente los ojos.