Podría ser que ir a tomar unos tragos en una primera cita te ayude a aliviar tus ansiedades.
La antropóloga biológica, Helen Fisher, investigadora del comportamiento humano en la Universidad Rutgers, dice que los tragos son el mejor panorama para una primera cita.
Puede parecer aburrido o básico, pero en realidad es una inversión de tiempo y energía. No pasa nada si en vez de una cena costosa llevas a tu cita a un happy hour.
“¡Aquí! Pollo, pollo, pollo, pollo”
Fisher observa que este tipo de citas “están muy bien construidas para reunir datos acerca de una potencial pareja. Vas a terminar siendo más social, más hablador, y mostrando más de lo que eres”.
Un trago o dos que puede aflojarte lo suficiente como para calmar los nervios de la primera cita, además de que puede ayudar a bajar tus defensas, quita tu armadura emocional y eres más vulnerable. Así tendrán una mejor oportunidad de verse tal cual son y calibrar si serán compatibles.
“Lo siento, no soy muy guapo.”
Esto puede ayudar a disminuir la decepción si tu cita resulta ser un fracaso total. El dinero y el tiempo son dos recursos valiosos, que no deben ser desperdiciados en un ser humano.
“Ok, esto es un poco extraño”
Un bar es el mejor lugar para medir la compatibilidad. Puedes calibrar si hay atracción física, y se puede evaluar estratégicamente la personalidad de tu acompañante, al igual que sus creencias básicas, la forma en que interactúan con los camareros, y cómo responder a la auténtica expresión de ti mismo.
“Tal vez me gustas, tal vez no.”
En otras palabras, la primera cita no se trata de conseguir a alguien como tú, se trata de medir la compatibilidad. Y si no son compatibles. Puedes ir paz después de la primera ronda.