Todo comenzó cuando el profesor de historia José Buslón y sus estudiantes decidieron visitar el Cementerio Central de la ciudad de Salto. La idea era conocer de cerca el patrimonio cultural y simbólico de la localidad, ubicada al norte de Uruguay.
“Presten atención a los símbolos, las flores y las estatuas, todo quiere expresar algo”, fue la simple recomendación del docente a sus alumnos, quienes llegar durante la mañana del 2 de mayo con su cámaras y celulares a realizar la visita.
Los jóvenes debían presentar un trabajo detallado del recorrido, por lo que tuvieron que someter sus registros a una exhaustiva revisión. Fue en ese momento que uno de los estudiantes encontró lo impensado: la imagen de un niño al interior de uno de los panteones.
La visión no tenía sentido, puesto que el niño estaba dentro de la sepultura sin una razón aparente, la cual que tiene una puerta vidriada con una reja de hierro forzado que no ha sido abierta en los últimos días.
Por lo mismo, el docente a cargo del paseo consultó la opinión del profesor de dibujo, quien no encontró nada sospechoso en la fotografía. Posteriormente, comenzaron las preguntas más profundas que buscaron resolver con toda la comunidad educativa.
La extraña captura fue notada sólo al término del recorrido por el cementerio, en el que sólo “nos paramos frente al panteón para hablar de flores y sus características simbólicas. Los estudiantes hicieron sus registros y nos fuimos”, detalló el profesor.