Sadie y Gary Brittle estaba viviendo uno de los peores momentos de su relación y de la vida, luego de que se enteraran de que había perdido a su bebé producto de un embarazo ectópico, donde la implantación del huevo fecundado no se produce en el útero.
Pese a que la pareja tenía una hija de 4 años, Summer, la angustia fue tal que duró varios meses, ocasionando que la familia decidiera irse de viaje a España para poder cambiar de aire.
En medio de su aventura, la madre de 32 años comenzó a sentir extraños síntomas: su vientre crecía y sentía náuseas. Pensó que eran las hormonas que aún permanecían en su cuerpo tras la pérdida, pero prefirió ir al ginecólogo apenas volvió de sus vacaciones.
Cuando los doctores le revisaron, le confirmaron algo impensable: Sadie seguía embarazada. Incrédulos ante la noticia, la mujer y su marido recurrieron a un nuevo especialista, quien les dio una impresionante razón detrás del suceso.
Un segundo y diminuto embrión estaba desarrollándose con normalidad en el útero de la mujer, como un pequeño gemelo del hijo que había perdido de 8 semanas.
"Es una gran mezcla de emociones, habíamos pasado por la dolorosa pérdida de nuestro bebé y de pronto que te digan que tienes otro bebé ahí, me dan ganas de comprar la lotería todos los días", confesó Sadie a DailyMail.
"Nuestra hija Summer debe haber sabido algo que nosotros no, porque cuando fuimos de vacaciones a España, donde empecé a sentirme mal, y entramos en una tienda, ella señaló y dijo 'necesitamos llevar un poco de leche para el bebé'", agregó la madre.
La última ecografía de Sadie, tomada con 20 semanas de gestación, muestra que el pequeño Teddy, como decidieron llamar al bebé, está sano y creciendo de manera normal; mientras su familia lo espera como toda una bendición.
Cabe mencionar que el embarazo ectópico ocurre cuando la célula embrionaria aún no identificada se implanta fuera de su lugar normal y afecta entre un 1.8% y un 2% de los embarazos, a raíz de una inflamación que afecta a la cavidad uterina.