Una ola de frío extremo congeló el medio oeste de Estados Unidos, con temperaturas más frías que en la Antártida que obligaron a anular vuelos y suspender viajes, y paralizaron la vida de decenas de millones de ciudadanos.

Los medios locales apuntaron que se registraron al menos cinco muertos por la tormenta de nieve que precedió al descenso de las temperaturas.

En la tercera ciudad estadounidense, Chicago, donde la temperatura esta mañana era de -30°C, con una sensación térmica de -46°C a causa del viento helado, hacía más frío que en la capital del estado de Alaska e incluso más que en algunas partes de la Antártida.
