En 2001, Jake Gyllenhaal y Jennifer Aniston grabaron “The Good Girl”, una de esas comedias románticas que juntaba a dos actores con poderío cinematográfico y posibilidades de química y triunfo en la pantalla. Sin embargo, la cinta pasó sin pena ni gloria.
El actor tenía apenas 21 años cuando se estrenó la cinta, en enero de 2002, y tras solo una decena de papeles, gracias a su interpretación protagonista en “Donnie Darko” se había convertido en toda una promesa a seguir. Aniston tenía 31 y llevaba ocho temporadas siendo la nueva novia de América gracias a su papel de Rachel Green de “Friends”, que compatibilizaba con estos papeles románticos que entonces le iban como anillo al dedo.
La química entre ambos parecía sencilla; la fluidez, lógica. Pero el rodaje de la cinta, una oscura comedia romántica donde la actriz interpreta a una cajera atrapada en un matrimonio aburrido que tiene un romance con Gyllenhaal, un compañero de trabajo más joven, fue algo más complicado para él que para ella.
Ahora, el propio actor lo contó en una divertida entrevista en el programa de Howard Stern en la emisora Sirius XM, afirmando que que todo aquello, sobre todo besar a la intérprete en el rodaje, fue terriblemente difícil para él por un motivo muy sencillo y que traspasaba la pantalla: le gustaba muchísimo su compañera de trabajo, recoge El País.
“Ay sí, fue una tortura, sí que lo fue”, recordó entre risas Gyllenhaal recordando aquellos días. “Pero por otra parte no lo fue, claro. Es decir, fue una mezcla de sensaciones”, agregó. Además, reveló que había un ingrediente más que lo complicaba todo. “Curiosamente, las escenas de amor son una cosa incómoda, porque había ¿30, 50 personas? alrededor mirando. Eso no pone mucho”, reconoció. “Es algo bastante mecánico. Y también es como un baile, estás siguiendo una coreografía para la cámara. Puedes meterte a fondo en ello, pero es como una escena de lucha, te la tienes que aprender”.
Además, el actor desveló que para el rodaje siguieron la llamada técnica de la almohada. El popular truco cinematográfico implica poner una almohada entre dos actores que supuestamente están manteniendo relaciones sexuales. “Recuerdo una almohada, sí, la usamos. Fue algo preventivo y siempre se usa cuando se mantiene una posición horizontal en una película. Todo lo demás era auténtico”, explicó. “Recuerdo que esos dos personajes se enrollaban todo el rato, en sitios como… no sé, entre las cajas del almacén”. De hecho, cuenta que fue la propia Aniston, más acostumbrada a ese tipo de situaciones, quien lo sugirió. “Creo que fue muy amable sugiriéndolo antes de empezar. Fue como: ‘Vamos a poner una almohada por aquí…’. Fue simplemente eso”.
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