El presidente de Venezuela sostiene que los ataques iban a tener lugar "en varias ciudades del país para provocar un baño de sangre y ensombrecer las navidades", que califica como "conjura sangrienta", desvelada el pasado sábado y que estaría liderada por los opositores Juan Guaidó y Leopoldo López.
Frente a ello, aseguró que "gracias a la cooperación civil, policial y militar" lograron detectar y desactivar el plan.