Los límites de privacidad e independencia son fundamentales para mantener una relación de pareja equilibrada y respetuosa. Establecer espacios individuales permite que cada persona conserve su autonomía, lo que contribuye a fortalecer la confianza mutua. Al fomentar el respeto por la intimidad y la libertad personal, se crea un ambiente saludable, donde ambos miembros pueden crecer tanto a nivel personal como dentro de la relación.