Sierra Yoder estaba embarazada de cinco meses y los médicos le comunicaron una mala noticia. Su bebé venía con una malformación congénita llamada encefalocele. Su cerebro estaba creciendo fuera el cráneo.
"Nos dijeron que no sobreviviría. No nos dieron ninguna esperanza", explicó Yoder.
Sierra y su pareja Dustin, viven en un pequeño poblado de Ohio en Estados Unidos, y decidieron abortar, pero a último minuto, quisieron seguir con el embarazo adelante.
Pese a todas las adversidades, el pequeño Bentley logró sobrevivir.
El bebé nació el 31 de octubre de 2015, un día más tarde de lo que los médicos tenían previsto. Llegó pataleando y gritando, como lo hace la mayoría.
"Cuando Bentley nació esperábamos que no hiciera ruidos o que no se moviera, y pensábamos que no íbamos a tener la manera de saber cuándo tenía hambre", dijo Dustin, el padre.
A pesar de la alegría del nacimiento, había pena por lo que podía pasar. Los padres de Bentley estaban preparados para lo peor. Habían buscado información sobre funerales y creían que tendrían que enterrar a su hijo, pero los médicos le dieron el alta al bebé.
Sierra es mamá de otro niño y asegura que no notaba diferencia cuando Bentley lloraba para reclamar cuando tenía hambre.
"No podíamos comprender cómo Bentley estaba usando su cerebro. Tal vez estaba usando la parte que quedaba dentro de su cráneo", contó Sierra.
Los acongojados padres pidieron una segunda opinión para saber si podían practicarle algún tipo de cirugía al bebé. Fue así como llegaron a los especialistas del Hospital Infantil de Boston.
Los doctores John Meara y Mark Proctor, neurocirujano jefe del hospital, fueron quienes realizaron, el 24 de mayo, la operación. Y fue todo un éxito.
"La encefalocele es una enfermedad rara y afecta a un bebé entre millones, pero el caso de Bentley era particular porque tenía gran parte de su cerebro activo", le contó a BBC Mundo el doctor Proctor.
Según el experto, no existe una manera de conocer, a ciencia cierta, el porcentaje del cerebro que estaba usando el bebé, aunque calcularon que, "probablemente, rondaba el 90%" en este caso.
Cuando los médicos conocieron a Bentley, se sorprendieron al ver que había sobrevivido y estaban felices de poder ser parte de su recuperación.
Frente a la situación que el bebé tendrá que afrontar en el futuro, el Doctor Proctor es cauteloso.
"Probablemente tarde años en desarrollar el habla y esperamos que pueda tener una vida normal, pero es complicado saber cómo va a evolucionar", dijo el cirujano.