Las jirafas son los animales más altos del mundo, eso se sabe, sí. La novedad es la verdadera razón detrás de ese cuello alargado.
Además de que eso les permite alcanzar fácilmente el alimento, científicos analizaron el genoma de estos mamíferos y encontraron mutaciones específicas que no solo explican por qué las jirafas tienen el cuello largo, sino que también la forma en que lo usan, con antecedentes que vienen de sus parientes lejanos de hace millones de años.
Investigadores de Estados Unidos y Tanzania decidieron examinar su genoma para aprender más sobre ellas. Analizaron el material genético de dos jirafas de la subfamilia Masai (Giraffa camelopardalis tippelskirchi).
Una de ellas habitaba una reserva en Kenia y la otra un zoológico en Estados Unidos. Además, hicieron lo mismo con un okapi, pariente cercano de las jirafas (Okapia johnstoni).
Los investigadores se sorprendieron al encontrar mutaciones únicas dentro del Reino Animal, que explican cómo pueden mantenerse erguidas,y estirar su cuello tal manera, sin comprometer la circulación sanguínea y columna vertebral.
El dato interesante es que las jirafas, crecen rápido y eso evita problemas de equilibrio, no poseen vertebras extra en su cuello, sino que estiran siete de las vertebras superiores de su columna a la hora de erguirse a su altura máxima, que puede llegar a los seis metros.
Pero, un cuello largo es complicado porque, para que su corazón sea capaz de bombear sangre a su cerebro con la rapidez y eficiencia necesaria recorriendo un largo camino, el órgano posee un ventrículo derecho híper desarrollado y vasos sanguíneos especializados en su cuello y cabeza.
Estas diferencias cardiovasculares evitan que su presión baje rápidamente si es que se agachan al beber agua ya que el flujo sanguíneo se regula de acuerdo a las condiciones de gravedad. Las jirafas poseen más de 70 mutaciones genéticas únicas, que no solo explican el largo de su cuello, sino que las maravillas de un organismo adaptado a su forma de vida.
Los científicos creen que las jirafas y okapis, fueron evolucionando durante 11 millones de años para adaptarse, ya que tienen ancestros comunes y hace 11,5 millones de años comenzaron a separarse en especies diferenciadas. Las jirafas cambiaron bastante, no así su pariente directo.
Es que quienes hicieron la investigación se maravillaron al comparar su genoma con el de otros mamíferos como los camellos, vacas, cabras y humanos entre otros, y ninguno de estos tenía tal especialización genética para sus necesidades como al encontrada en las jirafas. ¿Qué te parece?