La elecciones en Brasil “es probablemente el evento climático más importante de 2022” ya que se pone en juego el futuro de la lucha contra el cambio climático, no sólo en América Latina sino en todo el mundo y dependerá en buena medida de lo que elijan los brasileños.
En junio se advertía que el Observatorio del Clima en Brasil, que califica una hipotética permanencia de Bolsonaro en el poder como un riesgo para el objetivo de limitar el calentamiento global a un aumento de 1,5 grados. La deforestación de la Amazonía avanzó a un ritmo trepidante durante el mandato del actual presidente.
La destrucción de este ecosistema que es clave para el ciclo hidrológico de América y hogar del 25% de la biodiversidad terrestre suele aumentar en los años electorales como resultado de dos acciones: una disminución en la aplicación de la ley y la acción de los madereros, los grandes agricultores y ganaderos y la industria minera, que se apuran ante el temor de que pueda haber cambios en las políticas de conservación de la Amazonía.
La forma en que responda a esta realidad el futuro presidente es clave.