Después de una tranquila mañana de compras, Justine Van Den Borne y su hija encontraron una desagradable nota en el cristal cuando regresaron al carro.
"¿Te has olvidado la silla de rudas?", decía la nota.
Justine había aparcado horas antes en una de las plazas reservadas para gente con minusvalía. La mujer, que sufre de esclerosis múltiple desde que tiene 35 años, se quedó consternada al leer la nota.
Como no tenía cómo localizar a la persona que la escribió, desmoralizada por la imposibilidad de explicarse, decidió escribir un post en su Facebook con la fotografía de la nota y un texto que decía:
"A la persona que dejó esta nota en mi coche la semana pasada en el centro comercial Mitchum:
Fui diagnosticada de esclerosis múltiple a los 35 años. Concretamente, el peor tipo de diagnóstico posible: la esclerosis múltiple progresiva. No solo no desaparece, sino que empeora con el tiempo, paralizándome poco a poco de por vida. Desde entonces, mi hijos han tenido que enfrentarse a cosas, que los niños de su edad no deberían vivir. Todo nuestro mundo cambió de un día para otro.
El día que tú me viste, estaba teniendo uno de mis mejores días. Fui a comprar con el apoyo de mi hija, sin necesidad de mucha ayuda. Tuvimos un día maravilloso. Gracias por destruirlo.
Tú me hiciste sentir que la gente me miraba, así como siento que me miran cuando no puedo caminar correctamente. Estoy cansada y me da asco la gente como tú, que se creen con derecho a burlarse de mí cuando uso una cosa (la plaza de aparcamiento), que tengo derecho a utilizar.
Tener una discapacidad no implica que debas estar siempre sentada en una silla de ruedas, aunque para tu tranquilidad, antes o después acabaré postrada en ella. Mientras, utilizaré todas mis fuerzas para poder asistir a la boda de mi mejor amiga, el próximo mes de septiembre. Espero que no tengan que empujar mi silla ese día. Para entonces habré cumplido 42 años.
Antes de que arruines el día a otra persona, recuerda tu ignorancia. El hecho de que no veas algo con tus ojos, no significa que la persona que tienes delante no tenga dificultades para poner un pié delante del otro".
Este hecho refleja un gran problema de desconocimiento acerca de la gente con discapacidad física. Cientos de personas han expresado su apoyo por Justine en las redes sociales y, algunas de ellas, han contado sus propias experiencias en las que también han sido discriminadas porque tener una discapacidad física mal llamada "invisible".
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