Un estudio enfocado en las 100 personas más ricas del mundo, determinó que existen seis rasgos que tienen en común casi todos esas personas, los que van desde la vida familiar hasta la fecha en que llegaron al mundo.
Si tienes gran parte de estos o la mitad, ¡quizás estés en el camino correcto para ser millonario!
Revisa la lista a continuación:
1. Lazos matrimoniales
Si estás casado y tienes tres hijos, estadísticamente tienes más oportunidades de ganar una fortuna multimillonaria. El 87% de quienes figuran dentro de los 100 más ricos de "Forbes" están casados.
2. No profundizan demasiado en la ciencia
Dentro de las universidades más populares entre los multimillonarios están Harvard y Stanford, en las cuales la mayoría sólo ha cursado la primera parte de los estudios superiores, un 56%. Sólo el 7% llegaron a un doctorado, el 14% fue expulsado de la universidad o no intentaron graduarse.
3. Acuario es la estrella del dinero
Algunos multimillonarios no se toman muy en serio el horóscopo, pero acuario es el signo que se perfila como un obvio favorito entre los once que existe, seguido de tauro y capricornio.
4. Alopecia y miopía juntas
Ser calvo y llevar gafas parece combinar positivamente con las grandes fortunas. La pérdida de cabello se aceleró significativamente en el comienzo de la crisis financiera mundial, pero en realidad el aumento de calvos miopes entre los millonarios ha crecido durante las últimas dos décadas, respondiendo a la tendencia global al envejecimiento.
5. Club de caballeros
Aunque la cifra de mujeres entre las 100 personas más ricas del mundo creció en los primeros años del siglo XXI, para 2016 sólo aumentó un punto en relación a 1996, por tanto, este centenar sigue siendo un club de caballeros, aunque la entrada de las damas no está prohibida.
6. Dime dónde vives y te diré cuánto ganas
China habrá alcanzado un valor equiparable al número de millonarios de Estados Unidos, los cuales corresponde a 40 de 100 millonarios en el mundo. Otros países importantes son Alemania, Rusia y Francia. Esto se explicaría, principalmente, por el constante impulso de los estadounidenses de alcanzar el llamado "sueño americano".