“Solo quiero que un médico me diga cuándo voy a superar esto”, fueron las palabras con las que la gimnasta estadounidense Simone Biles se refirió a la terapia que sigue tras retirarse de los Juegos Olímpicos de Tokio por problemas psicológicos, a los que, admite, debería “haber renunciado” antes de que se iniciaran.
“Te operan y se arregla. ¿Por qué no puede alguien decirme que en seis meses esto se habrá acabado?”, se preguntó sobre su propia salud mental en una entrevista concedida a la web de la revista New Yorker.
Biles, que actualmente participa en una gira de exhibición pero que no ha retomado los entrenamientos, aventuró que “probablemente” tendrá que lidiar con sus problemas “durante 20 años”. “No importa cuánto intento olvidar. Es un trabajo continuo”, añadió.
La gimnasta, ganadora de cinco medallas olímpicas en los Juegos de Río 2016, reveló meses más tarde que había sido una de las víctimas de abusos sexuales de Larry Nassar, el médico de la selección estadounidense.
“Si miras a todo lo que he pasado en los últimos siete años, no debería haber vuelto a formar parte del equipo olímpico”, dijo sobre su participación en los Juegos de Tokio. “Debería haber renunciado mucho antes, cuando Larry Nassar estuvo en los medios de comunicación durante dos años. Era demasiado. Pero no iba a dejar que se llevara algo por lo que he trabajado desde que tenía 6 años. No iba a dejar que me quitara esa alegría. Así que lo superé en la medida en que mi mente y mi cuerpo me lo permitieron”, agregó.
Si bien participó en Tokio en la ronda de clasificación, se retiró en la final por equipos tras hacer solo el ejercicio de salto, en el que sufrió un episodio de desconexión entre mente y cuerpo; es lo que se conoce en el lenguaje gimnástico como “twisties”.
“Fue un milagro que cayese de pie. Cualquier otra persona habría salido en camilla. En cuanto aterricé en ese salto, fui y le dije a mi entrenador: ‘No puedo continuar'”, recordó.
La estadounidense comparó su incapacidad física para hacer ahora sus piruetas con una pérdida de visión: “Una mañana te levantas y no ves una mierda, pero la gente te dice que sigas y hagas tu trabajo diario como si todavía tuvieras visión. Estarías perdido, ¿no? Llevo 18 años haciendo gimnasia. Me desperté y lo había perdido. ¿Cómo se supone que voy a seguir con mi día?”, se preguntó.
Biles expresó su deseo de que todo fuera tan fácil como un cambio de pilas: “¿Dónde están las pilas? ¿Podemos volver a ponerlas? ¿Podemos irnos?”.
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