Lindsay Hasz estaba comiendo en un restaurante italiano llamado Montalcino en Issaquah, Washington, Estados Unidos con su esposo, cuando de pronto mordió un objeto extremadamente duro que le hizo pensar que se había roto un diente.
Lo logró sacar de su boca y era una pequeña esfera de color púrpura, en un principio la mujer estaba enojada por lo ocurrido, pero miró desde cerca el objeto y se dio cuenta de que era perfectamente redondo.
Hasz lo llevó al gemólogo Ted Irwin para que revisara el extraño descubrimiento y con una sola mirada concluyo que se trataba de una perla Quahog.
Irwin estaba bastante sorprendido por el hallazgo, ya que la probabilidad de encontrar una de esas es una en dos millones y su precio de mercado actual es de 600 dólares.
A parte de Lindsay los más contentos son los dueños del local, porque la gente va especialmente para pedir el mismo plato que salió "premiado".