El negacionismo ante el Covid-19 ha acabado con otra vida. El último caso ha surgido en Londres. Antony Ayiotis, de 38 años, falleció el pasado 17 de septiembre después de que rechazara ponerse la vacuna porque “no la consideraba necesaria” y contrajera la enfermedad.
Su desconsolada familia dijo que su vida era saludable, ya que no fumaba y tampoco bebía. La hermana de la víctima, padre de cuatro hijos pequeños y residente en Romford, al este de la capital británica, hizo evidente la conmoción y desconsuelo de toda la familia, recoge Marca.
“Todo sucedió muy rápido. Cada día que pasaba en el hospital, su salud se deterioraba. No pensamos ni por un minuto que iba a morir así”, manifestó la mujer.
La hermana agregó que “te das cuenta de lo buena que debe ser la vacuna”. Mi hermano no recibió la doble inyección y ha terminado muriendo”.
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