Cuando a un niño se le pregunta qué quiere ser cuando grande, muy común es que respondan policía, bombero, doctor o deportista, entre otros.
Sin embargo, este no fue el caso del pequeño Eduardo Campos, un brasileño de cinco años que vive en Curitiba y cuyo mayor anhelo es ser recolector de basura.
“Cada sábado escucha el sonido del camión de la basura a lo lejos. Salta de la cama para verlo”, contó la madre del menor, Rose de Campos, agregando que “si pasan y no lo saludan, mi hijo se enfada mucho”.
Cuando los gerentes de Cavo, la empresa encargada de la recolección de desechos, se enteraron de la fascinación de Eduardo por el trabajo, decidieron darle una sorpresa de cumpleaños que de seguro nunca olvidará.
Los trabajadores, quienes llegaron hasta la casa del niño, le regalaron un uniforme verde a su medida, un camión de juguete y lo llevaron a dar una vuelta por el barrio, “incluso se puso a recoger bolsas de basura de las calles”, cuentan desde la Prefectura de Curitiba.
“Eduardo, felicidades por comprender, desde pequeño, que todas las profesiones son dignas y merecen respeto”, escribió la entidad en su perfil de Facebook.
El encargado del equipo de recolección de basura de Cavo, Rodrigo Rodrigues, manifestó por su parte la sorpresa que le causó el entusiasmo de Eduardo por la profesión.
“Nos alegra mucho ver que reconoce nuestro trabajo de esta manera y que considera nuestros trabajadores como modelos a seguir. A pesar de ser tan pequeño, tiene una conciencia ambiental enorme, se preocupa por cuidar la ciudad y dejar todo limpio”, manifestó Rodrigues.
A veces las cosas más simples pueden hacer felices a los niños. ¿Cierto?