Un día Gary y Angela Williams, pareja británica de Lancashire, decidió dar un paseo por la playa y al llegar sintieron un olor muy fuerte y desagradable a a pez muerto. Al darse cuenta que todo ese olor venía de una piedra, quisieron irse, pero Gary recordó una historia que había visto hace poco en las noticias. El asco se convirtió de inmediato en emoción porque esa “piedra” era en realidad vómito de ballena.
Se llama ámbar gris y se trata de una secreción producida por el cachalote. Puesto que estas ?piedras? son extremadamente raras, cada una de ellas vale mucho dinero.
Este material se utiliza en la industria del perfume, por su increíble poder de fijación.
La pareja se encuentra en negociaciones con compradores de Nueva Zelanda y Francia, y su piedra de 1.57kg probablemente se venderá en unos 70.000 dólares. Qué viva el vómito de la ballena, ¿no?