La pandemia del coronavirus COVID-19 ha provocado la muerte de once sacerdotes en Italia, siendo la diócesis más afectada Bérgamo, con seis fallecidos; seguida de Brescia con tres, Emilia-Romagna con uno y Cremona también con uno.
Entre los que dieron positivo está el obispo de Cremona, Antonio Napolioni, quien se ha recuperado la mañana del pasado lunes y ha regresado al palacio arzobispal para transcurrir la convalecencia y unos 14 días cuarentena, luego de los cuales le harán otra prueba para confirmar que ya no tiene la enfermedad.
El obispo de Bérgamo, Francesco Beschi, aunque devastado por la situación de sus sacerdotes, destacó la solidaridad que se ha registrado desde los primeros días en el país.