El zoológico de Friskney, en Inglaterra, optó por tomar una radical decisión respecto a cinco loros africanos. Los cuidadores de lugar sacaron de exhibición a las aves ya que estas decían todo tipo de groserías a las personas que iban a visitar a los animales.
Los visitantes pasaban un entretenido momento con las aves; sin embargo, el zoológico los puso en “detención” por la presencia constante de niños.
“Hasta ahora nadie se ha quejado formalmente. Un niño corrió donde su padre a decirle lo que había oído, y el padre se rió”, comentó el director del zoo, quien explica que las risas y reacciones de los visitantes estimulan a los loros a seguir diciendo groserías.
Estos loros grises fueron donados al zoológico hace unas pocas semanas, todos por una persona diferente. En un momento, las aves fueron colocadas en cuarentena una misma jaula, para después ser expuestas al público. Sin embargo, por sus altisonantes palabras, ahora deberán estar separadas con el objetivo de aprender a comportarse.