Kohei Jinno fue desalojado de su casa para la construcción del Estadio Nacional que albergó los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, se sintió triste pero orgulloso de contribuir con Japón en un momento de triunfo nacional.
Pero cuando volvió a pasar en 2013, a sus 80 años, para reconstruir el estadio para Tokio 2020, lo sentimos como un amargo giro del destino. Las obras lo obligaron a él ya su esposa, Yasuko, a dejar una comunidad muy unida en el vecindario de Kasumigaoka, donde ha vivido durante más de medio siglo.
Jinno no quería que los Juegos Olímpicos se celebraran en Japón porque opinaba que era demasiado pronto para organizarlos de nuevo. Un funcionario de la ciudad de Tokio dijo que 170 mil yenes es la compensación estándar en esa situación.
Ante esta situación los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se negaron a dar declaraciones estacando que el estadio es responsabilidad del Consejo Deportivo de Japón (JSC, por su sigla en inglés) y que la reubicación fue manejada por el gobierno japonés de acuerdo a sus leyes.