La ciudadana María Angélica Medina, de 79 años de edad, murió asfixiada a manos de su hijo Wilfredo Manuel Medina Herrera, de 44 años el pasado 15 de abril, según reveló el dictamen preliminar forense del Instituto de Medicina Legal (IML), así se descarta la hipótesis de que había sido envenenada con una pastilla para curar frijoles.
En cámaras de seguridad de la vivienda de Medina quedó grabado cuando Herrera después de supuestamente cometer el delito llevó el cuerpo de su madre a la cama para simular que había muerto por causas naturales. Los videos además revelaron que el acusado fue sorprendido por su madre mientras intentaba robar la cantidad de 12 mil córdobas pertenecientes a su hermana Isidra Medina, de 36 años de edad, quien expresó que ese día lo sorprendió dentro de la vivienda y al verse descubierto la intentó ahorcar, pero terminó hiriéndola con un cuchillo en el brazo izquierdo.
La menor de la familia, con quien habitaba la ahora occisa, relató que ese día se movilizó rápidamente al inmueble al no tener repuesta de las llamadas telefónicas que hizo a su madre, tras observar un sujeto desconocido en las cámaras de seguridad sin imaginar que se trataba de uno de sus hermanos, a quien acusa de haber planeado el crimen porque portaba mascarilla y guantes.
Regresó desde Costa Rica a asesinar
Además, mencionó que Wilfredo tenía prohibido entrar en la vivienda debido a un supuesto robo de 800 dólares ocurrido en años anteriores. El acusado, quien hacía poco tiempo regresó de Costa Rica, fue detenido horas después y a poca distancia de la vivienda por vecinos y trasladado a la estación cinco de la Policía para las debidas investigaciones.
De manera extraoficial se conoce que este jueves podría ser presentado ante autoridades del poder judicial por el delito de parricidio. Este hecho ocurrió exactamente en la colonia 14 de Septiembre en horas de la tarde del pasado lunes, donde se presentó un equipo del Instituto de Criminalística y Ciencias Forenses de la Policía para levantar las evidencias de la escena del crimen y médicos forenses del IML.
Por Anduriña Ortiz.