Un diplomático estadounidense de alto nivel dijo que Estados Unidos no imputaría ni buscaría castigar de ninguna manera a Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, si él deja voluntariamente el poder y a pesar de que su país está al borde del colapso económico y en medio de un desastre humanitario.
Elliott Abrams, el enviado para Venezuela de la Casa Blanca, dijo que no había visto señales de que Maduro estuviera dispuesto a ceder su puesto, sin embargo, su oferta de amnistía fue un mensaje para el líder venezolano después de que él y su homólogo estadounidense, Donald Trump, hablaron de negociaciones de alto nivel entre los dos gobiernos.
El Departamento del Tesoro ya ha señalado a Maduro como uno de los beneficiarios de presuntos envíos venezolanos de drogas ilegales, pero no recomendó que sea imputado.
La apelación pragmática y de un tono más suave de Abrams es un contraste con ocho meses de sanciones, aislamiento internacional y amenazas del gobierno de Trump de una posible intervención militar contra Maduro y su círculo cercano, quienes están acusados de aferrarse al poder y de haber manipulado las elecciones del año pasado.
Abrams no quiso hacer comentarios a la pregunta de si Estados Unidos permitiría que Maduro tenga cualquier riqueza o bien en territorio estadounidense si llegara a dejar la presidencia o a exiliarse de Venezuela.