La mayoría de las actividades en la capital de Haití se encuentran paralizadas ante el llamado a huelga general y protestas de organizaciones populares y sindicales, que exigen la revocación del aumento de los precios de los combustibles.
Comercios, bancos, instituciones privadas y públicas, así como los mercados informales se encuentran cerrados, sin transporte colectivo y escaso movimiento de vehículos particulares.