El defensor de derechos humanos y exiliado, Pablo Cuevas, logró llegar hasta Estado Unidos (EE.UU) junto a su familia, luego que escapara de amenazas y asedio en Nicaragua por parte de simpatizantes y policías del Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pero su viaje no fue tan fácil, ya que tuvo que cruzar el temido río Bravo en México.
“Psamor por un lugar donde es algo calmo, no tuve miedo y gracias a Dios estamos bine”, dijo Cuevas.
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Cuevas laboraba como abogado en la ahora extinta Comisión Permanente de Derechos Humanos y en los últimos cuatro años defendió a varios presos políticos, lo que le costó amenazas, asedio y persecución, no obstante, asegura que continuará defendiendo los derechos humanos de los nicaragüenses.
En su viaje hacia EE.UU relató que tuvo que enfrentar la extorsión de oficiales de la Policía de México y vender algunas pertenencias para poder salir de Nicaragua, antes de convertirse en un preso político más. Cabe señalar que la Policía mantiene tras las rejas a la colega de Cuevas, la defensora de derechos humanos, María del Socorro Oviedo.