El diezmo es la donación de la décima parte de nuestro ingreso a la Iglesia de Dios. Este mandamiento se ha conocido desde los tiempos del Antiguo Testamento. El profeta Malaquías enseñó la importancia del diezmo y las bendiciones que provienen de la obediencia.
A través de un estudio se percibe que el diezmo siempre estuvo relacionado al sacerdocio, fue entregado a los sacerdotes del momento y tuvo finalidades diferentes en momentos diferentes de la historia. Las finalidades para el diezmo fueron determinadas en función de la estructura social y del tipo de administración religiosa de la época.
El diezmo cubre al sustento de todos los obreros evangélicos que trabajan en el campo misionero (sean laicos o pastores) y la habilitación y preparación de estos obreros y apoyo material para la obra de predicación del evangelio.
Hoy en día, esto ha sido una odisea al empezar hablar de esto, por lo que muchas iglesias con respecto al diezmo lo interpretan de diferentes maneras.
En algunas expresan que todo lo bueno que usted tiene en la vida es una dádiva de su amoroso Padre Celestial, cuando a cambio de ello usted contribuye el diez por ciento, le expresa a Él su amor, fe y gratitud. Le demuestra a Dios que lo seguirá a pesar de que pueda ser difícil; le demuestra que confiará en Él en vez de confiar en el dinero o en las cosas materiales. Debido a su fidelidad, su Padre Celestial le promete bendiciones que son mucho más grandes que cualquier cosa de la que se tenga que privar.
El pago del diezmo nos ayuda a controlar nuestros deseos por cosas materiales y a ser honrados con nuestro prójimo. Aprendemos a confiar que lo que se nos ha dado, mediante las bendiciones del Señor y nuestros propios esfuerzos diligentes, es suficiente para nuestras necesidades.
Puedes darlo y puedes no hacerlo. Si vas a ofrendar, debes hacerlo con consciencia y alegría, según tu instinto te guíe y si es por empatía con los proyectos de una comunidad o para beneficiar al más necesitado, entendiendo que el Dios al que estás ofreciendo tu gratitud no está interesado en tu dinero.