“Si pierdes, ¿aceptarías el resultado?” Es la pregunta que se le realizó a Donald Trump durante los últimos meses, y no es porque las encuestas den una apabullante victoria al antiguo vicepresidente Joe Bien, sino porque el todavía presidente de Estados Unidos ha sembrado la duda en varias ocasiones sobre un posible fraude.
Su respuesta es que él no se compromete a una transferencia pacifica del poder, por lo que se negó a hacerlo. “Vamos a tener que ver qué pasa. Habrá una continuación, ya que las papeletas están fuera de control” dijo en referencia al voto por correo.
La ley no exige a Trump dar un discurso en el que acepte la derrota se explica, pero las batallas legales podrían derivarse en una crisis constitucional si llegan a influir “en las decisiones de los gobernadores sobre a quién enviar al colegio electoral”.
“Tan pronto como terminen las elecciones, iremos con nuestros abogados”, amenazó Trump.