La audiencia inicial por el asesinato del joven Dereck Gómez Tijerino, de 23 años de edad, trabajador de la Empresa Portuaria Nacional (EPN), se realizó este miércoles a puerta cerrada y ni los medios de comunicación oficialistas pudieron estar presentes.
Kevin José Gonzáles Matamoros, presunto autor del crimen, fue llevado de las celdas del Distrito Cinco de la Policía al Complejo Judicial de Managua, en la sala número 6. Allí escuchó en voz de la jueza Gloria María Saavedra Corrales, la acusación por los delitos de robo y asesinato agravado en perjuicio del Gómez.
La desesperante búsqueda del joven Dereck que estaba desaparecido el pasado 4 de enero, terminó 3 días después, cuando pobladores reportaron el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición en un predio baldío en el costado sureste de la Catedral de Metropolitana, donde acudieron las autoridades policiales y tras el aviso que dieron a los familiares de la víctima pudieron confirmar que el cuerpo pertenecía al joven.
Trago amargo para la familia
Más dolor para los familiares llegó horas después, cuando médicos forenses revelaron que Dereck murió de hemorragia por 4 cuchilladas, dos en el brazo, una en la cabeza y la otra en el lado del pulmón. Dos días después la Policía, a través de las investigaciones, logró la captura del supuesto el autor de la muerte del joven.
Gonzáles estaba escondido en la casa de su tía ubicada en el departamento de León, en el lugar los uniformados habrían encontrado evidencias como el suéter de la víctima con manchas de sangre, aparte de ser la última persona que estuvo con él, de acuerdo con un video captado por la cámara de seguridad de un negocio del centro comercial Metrocentro, donde estuvieron horas antes del hecho.
Según la Policía, el móvil de crimen fue el robo de un celular y dinero en efectivo, aparato que vendió en 700 córdobas, supuestamente el dinero lo habría ocupado para comprar ropa. Según los archivos policiales y judiciales, Matamoros tiene antecedentes por robos con intimidación y fue condenado a tres años de prisión por haber ejecutado uno en grado de frustración.
Por Kathy Molina.