El segoviano Raúl Antonio Falcón migró ilegalmente a los Estados Unidos en el año 2016 para buscar una mejor condición de vida. La travesía lo llevó a pasar por el desierto del Estado de Texas, donde falleció luego de que no logró seguir avanzando por su condición física. Algunas personas que lo acompañaban lo dejaron abandonado, sin comida y sin agua.
El cuerpo sin vida de Falcón permaneció durante siete años en una fosa común de ese desierto y fue hasta hace unas semanas que su madre, Ana María López, recibió la noticia por parte de una organización que localiza a migrantes en ese país. La organización Texas Nicaraguan Community informó, a través de un comunicado, que los restos del nicaragüense fueron exhumados y comparados con una muestra de ADN para lograr identificarlo.
A López le dijeron que cremar el cuerpo es la única forma para traerlo a su tierra natal y que para ello necesita 2,500 dólares, cantidad que no posee por ser de escasos recursos económicos. Si usted tiene la posibilidad económica y quiere cooperar para hacer realidad el anhelo de esta madre puede contactarla a través del número 8541- 4516.
Por Kathy Molina.