Una dieta mediterránea, rica en grasas vegetales como el aceite de oliva extra virgen o los frutos secos, y sin restricción de calorías, no causa un aumento de peso, en comparación con una dieta baja en grasa.
Al menos así lo ha demostrado un reciente estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), publicado en la revista The Lancet Diabetes Endocrinology.
La indagatoria establece que es recomendable la dieta baja en grasas y calorías crea un miedo "innecesario" ante las grasas saludables presentes en el régimen mediterráneo, las que han demostrado ser beneficiosas para la salud.
Por lo mismo, es recomendable consumir más calorías, siempre y cuando provengan de las frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescados, aceites vegetales ricos en fenoles, yogures y granos integrales; restando así la presencia de comidas ricas en almidón, azúcar, sal o grasas trans.