El líder norcoreano Kim Jong Un reconoció que la situación alimentaria de su país es “tensa”, informó ayer miércoles la prensa estatal, sonando las alarmas en un país que sufrió una devastadora hambruna en los años 1990 que dejó cientos de miles de muertos.
El empobrecido país, que enfrenta numerosas sanciones internacionales por sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos, ha luchado por alimentarse en medio de escaseces crónicas de alimentos.
“La situación alimentaria del pueblo se está poniendo tensa porque el sector agrícola no logró cumplir su plan de producción de granos debido a daños causados por el tifón del año pasado”, indicó Kim.