El pasillo de un hospital pocas veces puede ser un escenario que quieras recordar para siempre, pero hay angelitos que con poco que vivan su paso por este mundo es tan eminente, que definitivamente jamás serán olvidados. Ese es el caso de la pequeña Coralynn Sobolik, una bebé que con sólo 22 meses de edad se fue al cielo.
Lágrimas de profunda consternación, y a la vez de gratitud con sus padres y con la hermosa Coralynn, es lo que se veía correr por el rostro del personal médico antes de que la pequeña ingresara a quirófano para donar sus órganos.
La pequeña recorrió por última vez los pasillos del hospital Mayo Clinic, en New York, dejando a todos devastados. Junto al equipo médico conformado por cirujanos y enfermeras, estaban sus padres y familiares cercanos, que no podían contener las lágrimas despidiendo a la pequeña con muerte cerebral.
Su madre, Meagan Sobolik, se acercó a la bebé que yacía en la camilla y en medio del profundo dolor, consiguió la fortaleza para darle un último beso a Coralynn