El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Costa Rica confirmó que los huesos encontrados en el interior de un cocodrilo sacrificado por habitantes de la zona de Batán de Matina el año pasado, si pertenecían a un niño nicaragüense que murió arrastrado por el animal en octubre de ese mismo año. Los agentes judiciales realizaron el levantamiento de los restos para el respectivo análisis y dieron positivo a las pruebas de ADN.
Los restos óseos encontrados dentro del animal pertenecen al niño nicaragüense Julio Rubén Otero Hernández, de 9 años de edad, quien -según declaró su mamá Margine Fernández- fue atacado por el reptil la tarde del 30 de octubre de 2022, cuando estaban disfrutando de un paseo familiar en el río Matina. La afectada detalló que el animal se acercó donde se encontraba el menor de edad pescando, lo atrapó con sus fauces arrastrándolo hasta sumergirlo en el río y perderse de vista de los familiares, quienes quedaron atónitos ante el veloz y brutal ataque.
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De inmediato alertaron a los equipos de emergencia, cuyos miembros realizaron una búsqueda exhaustiva sin lograr dar con el paradero del cocodrilo ni del niño, fue hasta que lugareños capturaron al reptil y lo mataron que se descubrió en su estomago los huesos que los forenses confirmaron que sí pertenecen al pequeño.
Por María Esther Ordoñez.