Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, establecido por Naciones Unidas a propuesta de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam). Desde entonces, se recuerda a las personas detenidas desaparecidas y se reclama a los Estados el esclarecimiento de sus destinos y de las circunstancias de sus desapariciones.
La desaparición forzada es la detención, secuestro o cualquier forma de privación de libertad efectuada por agentes del Estado o por particulares con aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a la información de su destino o paradero, sustrayéndola a la protección de la ley.
Uruguay ratificó esta convención en el año 2009 y esto lo obliga a proteger a las personas ante este crimen, así como a desarrollar todas las acciones necesarias para una adecuada investigación y sanción a los responsables que lo cometan.
El memorial, declarado monumento histórico nacional en 2014 por el Poder Ejecutivo, fue ideado y construido por los arquitectos Martha Kohen y Ruben Otero, ganadores del llamado a concurso realizado luego del proyecto conjunto de la Intendencia de Montevideo y la Organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Para elaborar este monumento se formó una Comisión Pro Memorial de los Detenidos Desaparecidos en 1999, integrada por 33 ciudadanos de reconocida trayectoria nacional en distintas áreas. El monumento es un paso más en la búsqueda de mecanismos de reparación a las víctimas de crímenes de lesa humanidad y testimonia el período dictatorial ocurrido entre 1973 y 1985. La obra fue premiada en las bienales de arquitectura de Quito (premio compartido) y San Pablo.