“El grito” del noruego Edvard Munch es, probablemente, uno de los cuadros más famosos de la Historia del Arte, pues se trata de un símbolo y un canto a la ansiedad, sensación que consigue despertar en todo aquel que lo observa.
La pintura muestra a un hombre, parado en medio de un puente, que parece haber vislumbrado algo que los espectadores no pueden imaginar, pues está soltando un grito mudo y compone una extraña cara de terror.
“Iba por la calle con dos amigos cuando el sol se puso. De repente, el cielo se tornó rojo sangre y percibí un estremecimiento de tristeza. Un dolor desgarrador en el pecho. Me detuve; me apoyé en la barandilla, preso de una fatiga mortal. Lenguas de fuego como sangre cubrían el fiordo negro y azulado y la ciudad. Mis amigos siguieron andando y yo me quedé allí, temblando de miedo. Y oí que un grito interminable atravesaba la naturaleza”, dejó escrito el artista sobre la obra.
Munch fue un hombre obsesionado por algunos temas como la enfermedad, la locura, la sexualidad o el vampirismo, pero sin duda esta es su obra más famosa, la cuál además tiene una misteriosa inscripción: “Solo pudo haber sido pintado por un hombre loco”, se puede leer en la famosa pintura.
“El grito” es tan popular, en parte, por esta incógnita: ¿quién escribió en el cuadro ese enigmático mensaje a lápiz que asegura que solo un hombre loco podría haber pintado algo así? ¿Fue el propio Munch u otra persona posteriormente?
Durante muchos años hubo un gran debate en torno al cuadro. Los estudiosos no sabían discernir sobre si el mensaje se trataba de un acto de vandalismo de un espectador o si había sido escrito por el propio pintor, conocido por haber sufrido problemas de salud mental en su vida, publica El Confidencial.
La incógnita, sin embargo, parece que por fin va a ser resuelta. En los últimos meses, la pieza ha atravesado por procesos de conservación y preparación porque se instalará en un nuevo museo que abrirá el próximo año en Oslo. “No hay duda de que el escrito es de Munch”, dijo Mai Britt Guleng, curadora del museo. “La caligrafía por sí misma, y los eventos que sucedieron en 1895 cuando Munch exhibió su pintura en Noruega por primera vez, apuntan todos en la misma dirección”.
Munch pintó “El grito” después de que su hermana Laura fuera internada en un manicomio. Él mismo sufrió un colapso mental en 1908 y fue hospitalizado, por lo que, según los expertos, no sería raro que lo hubiera escrito él mismo, de manera irónica, tras las críticas recibidas en aquel momento. Su madre y hermana mayor habían muerto cuando Munch iba a cumplir 14 años y 12 años después falleció su padre. “Desde que tengo memoria he sufrido un sentimiento profundo de ansiedad que he tratado de expresar con mi arte”, señaló el artista.
Según la propia Guleng: “En realidad se tomaban muy en serio las críticas y se encontraba profundamente herido y preocupado por los antecedentes de enfermedades mentales en su familia, pero escribió eso de forma irónica”. Después de que Munch develara la pintura, las reacciones se centraron en su propia salud mental, más que en la pintura en sí.
Sin embargo, “El grito” ha pasado a la historia por seguir siendo un espejo de nuestros miedos contemporáneos. Todos nos pasamos la vida gritando un poco también. El cuadro se exhibirá en el Museo Nacional de Noruega a partir de 2022 junto con otras obras de Munch.
Foto: Wikipedia.