Los hombres tenemos como rutina diaria el hecho de afeitarnos, pero a veces cometemos errores y no lo sabemos.
Especialistas advierten sobre algunos de ellos para que no los cometamos más y tengamos esa afeitada que realmente queremos.
1. Me mojo un poco la cara antes de afeitarme y listo
Hay que usar agua, pero caliente, si no tendrás la cara enrojecida. Esto debilita el pelo y abre los poros, logrando así una mejor afeitada. Ideal si lo haces después de ducharte. Luego puedes usar agua fría para cerrar los poros y estos no se infecten. El vapor de una toalla también sirve.
2. Si no sale ese pelo rebelde, presiono
Es posible que presionando las cuchillas contra tu cara logres sacar esos pelos rebeldes, pero tendrás un sarpullido durante toda la semana. Es necesario revisar si las cuchillas están en buen estado, si no es así, cámbiala. Luego ponte nuevamente espuma y afeitate con calma, porque supongo que tampoco quieres terminar con cortes.
3. Me seco la cara frotándome con la toalla
Frotarse con una toalla no es conveniente. Acuérdate que acabas de pasar una cuchilla afilada por tu cara, la que tiene piel muy sensible. Sécate con cuidado. Lo ideal es darse golpecitos suaves para ir sacando el agua.
4. Me afeito a contrapelo
Debes mover la cuchilla en dirección a la que crece tu barba, así evitarás cortes. Si quieres cortar más cerca de la raíz pásala a contrapelo, pero en ese caso, es importante volver a ponerse la espuma.
5. Me afeito en cinco minutos
Esto es un ritual, y nada que hagas a la rápida saldrá bien. Si no quieres atrasarte, más vale que te levantes antes o que te afeites por la noche, para evitar tener la cara enrojecida.
6. Compro la máquina más barata
No lo hagas. Las maquinitas más económicas suelen tener poco filo y se oxidan mucho antes.
7. Utilizo una mano para afeitarme
Debes usar las dos manos. Una mueve la maquinita, mientras la otra mano la sigue y se dedica a estirar la piel. Si una zona parece rebelde, consigues mejores resultados estirando la piel en vez de pasar la maquinita 20 veces por el mismo lugar.
8. Me miro en un espejo frontal
Lo común es afeitarte frente a un espejo anclado en la pared, pero esos no tienen tres dimensiones y tu cara sí. Para conseguir ver todos los rincones, conviene utilizar uno de esos con brazo, que se mueve y le puedes dar la vuelta.
9. Me igualo las patillas mirando una mejilla y luego la otra
No debes confiar en tu cara para igualar las patillas y sobre todo, desconfía de la altura de las orejas, que es lo que habitualmente se utiliza como referencia. Dibuja una línea imaginaria desde la nariz y calcula a partir de ahí para lograr una simetría.
10. Si tengo un granitos en la cara le paso la cuchilla por encima
Es una pésima opción. Lo más importante es ser excesivamente cuidadoso con el afeitado en esa zona, y evitar pasar la cuchilla por donde se tiene una herida, para que no se infecte. También es importante tener a mano una buena tirita, por si acaso.
11. Muevo la máquina eléctrica como si fuera una cuchilla
Las maquinillas eléctricas no sirven para el afeitado diario. Lo ideal es combinarla con la cuchilla. Hay que manejarla en círculos, haciendo pequeñas circunferencias por la cara. Así es como corta, se nota en el sonido. Lo de hacerlo de arriba a abajo sólo tiene sentido al final, para repasar.
12. Me echo mucho aftershave aunque tenga la piel sensible
La loción se aplicaba antiguamente por el alcohol, para evitar las infecciones por los cortes. Antes las cuchillas eran menos higiénicas. Si eres de los que tienen la piel sensible, evita usarlo. Es mucho mejor aplicarse después del afeitado productos más naturales, bálsamos o lociones con aloe vera.
13. Me afeito con la misma maquinita que ayer, porque son muy caras
El peor de todos los enrojecimientos faciales lo provoca una maquinita desgastada. Como no corta, se insiste con ella, lo que provoca enrojecimiento y, a veces, sólo tiran los pelos. A esto se le añade la suciedad que se acumula, aumentando las probabilidades de sufrir una infección.
14. Me afeito todos los días
Un afeitado frecuente requiere más productos y, en consecuencia, más minutos, aunque el verdadero problema lo tienen los que son de piel sensible. Si no tienes más remedio que afeitarte a diario, utiliza siempre crema hidratante.