Los estornudos son un acto reflejo que no podemos manejar. En muchos casos llegan encadenados, de dos en dos o de tres en tres, por lo que el clásico salud se expande a dinero y amor. Pero, más allá de las creencias populares, existe una razón biológica detrás de este hecho.
Generalmente estornudamos para deshacernos de una sustancia que está irritando nuestro aparato respiratorio, es un acto que ayuda a aclarar las vías respiratorias.
Quizá no lo has notado, pero es casi imposible estornudar sin mover la cabeza hacia adelante o que rara vez se estornuda menos de tres veces.
¿La razón? El otorrino Jordan S. Josephson explica que:
"Un estornudo lo suelta (la partícula), el segundo lo lleva a parte frontal y el tercero consigue sacarlo".
Las sustancias irritantes que causan este acto reflejo van desde el polvo disperso en el aire, hasta los alérgenos que complican la vida de muchas personas, junto con enfermedades propias del aparato respiratorio como el resfriado común.
Cuando una de estas partículas irrita las vías respiratorias, inhalamos mucho aire, muy rápido y fuerte, por lo que el cerebro manda un mensaje al diafragma para aumentar la presión sobre los pulmones y expulsarlo.
Sin embargo, existen otras extrañas razones por las cuales las personas estornudan. Por ejemplo, un 10% de la población estornuda cuando sale el sol, mientras que otras lo hacen cuando tienen el estómago lleno o antes de alcanzar el orgasmos. En cualquier caso, taparse la nariz y la boca al hacerlo no sólo cuida la buena educación, sino que también evita la propagación de un puñado de enfermedades.
Asimismo, existen extraños mitos en torno al estornudo, tales como que este acto viaja a 160 kilómetros por hora, cuando lo normal es que no supere los 60 kilómetros por hora; y que no se puede estornudar con los ojos abiertos, lo que algunas personas sí hace.