“Todo eso es blablabla”. Esta es la conclusión a la que llegó Julien Chorier tras redactar su carta de presentación para buscar trabajo.
Julien, de 24 años, se especializó en gestión de empresas creativas en la Kedge Business School de Burdeos (Francia) y llevaba bastante tiempo sin éxito buscando trabajo en márketing.
“Empecé enviando mi postulación por correo electrónico, siempre con un currículum y una carta de presentación clásicos pero adaptados al puesto y a la empresa”, explica Chorier.
Por desgracia, el joven se dio cuenta de que eso no era suficiente. En su siguiente postulación a un trabajo decidió reemplazar todos los elementos superfluos de su carta de presentación por “blabla”, literalmente.
“Estaba harto de escribir siempre lo mismo, de quedarme en el modelo tan formateado de carta de presentación”, confesó a la edición francesa del Huffington Post.
Un día conversando con un amigo llegó a la conclusión que para encontrar un puesto debía hacer algo diferente y quizás no ser tan apegado a las reglas y la formalidad.
“Comentaba con un amigo que todo eso no era más que ‘blabla’ y que las empresas seguramente no tenían tiempo ni de leerlo. Volví a pensar en ello y decidí sustituir lo que no era esencial en mi carta por ‘blabla'”, cuenta Julien.
El muchacho decidió enviar la carta y obtuvo una respuesta positiva por parte de la start-up parisina Alumnforce. La carta dice más o menos así.
Fue así como consiguió una oferta de trabajo en esta empresa de 13 personas que desarrolla una red social profesional privada dirigida a escuelas, universidades y asociaciones de antiguos alumnos.
A veces con creatividad y rompiendo esquemas se puede lograr mucho más en la vida. ¿Qué crees tú? Cuéntanos.