La historia ocurrió en Valle del Cauca, una localidad ubicada en Colombia.
Una mujer de unos 59 años se encontraba por los alrededores recogiendo naranjas cuando de repente escuchó el llanto de un bebé. Inmediatamente fue a alertar a los uniformados para que ellos la trasladaran al Hospital Tomás Uribe de la ciudad de Tuluá.
La bebé fue hallada en una vereda envuelta en un saco, con signos de hipotermia y con el cordón umbilical aún en su cuerpo.
“Fui a recoger unas naranjas, entonces yo creí que era un gato. Abrí el saco y me di cuenta que no era un gato, sino una niña”, aseguró Edinora Jiménez, quien encontró a la bebé.
De acuerdo a información dada por el coronel Javier Martin, comandante de la Policía del Valle del Cauca, la niña tenía algunas lesiones y deterioro en su salud como por ejemplo hipotermia. La lactante fue atendida por los doctores y le dieron un buen diagnóstico, dejándola fuera de peligro.
Gracias a un programa de protección, los funcionarios del grupo de Infancia y Adolescencia de la Policía de Tuluá, la bebé fue cuidada y apoyada emocionalmente, donde también la dejaron bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Por otro lado, ocurrió un hecho sorprendente que puede ser considerado como un ejemplo de vida: la patrullera de la Policía, Luisa Fernanda Urrea, amamantó a la recién nacida.
“Debido a que soy madre lactante, conozco las necesidades que puede tener esta criatura y le di alimentación a la niña”, dijo Urrea.
Por otra parte, las autoridades y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar buscan, con la ayuda de la comunidad, a la madre biológica de la menor para iniciar un proceso penal en contra de ella, mientras que la menor fue incluida en el programa de adopción.
Colombia celebra lo que hizo la patrullera Urrea. ¿Y tú qué piensas de su actuar? Cuéntanos.